Los delfines salvajes se enfrentan a muchos peligros naturales dentro
de la vasta profundidad del océano, sin embargo la amenaza más
contundente de su existencia es el hombre.
A pesar de que algunas especies de delfines
se consideran en peligro de extinción, existen estadísticas alarmantes
que sugieren que más y más delfines están siendo asesinados por la pesca
ilegal con dinamita, atrapados en redes de pesca, siendo víctimas de
colisiones con embarcaciones o hélices, o afectados por la contaminación
marina y enfermedades.
Las investigaciones sugieren que más del 95% de las muertes de delfines son directamente atribuibles a causas relacionadas con el hombre.
Algunas de las amenazas de los delfines relacionadas con el hombre son:
El aumento de delfines en cautiverio
La captura de los delfines para mantenerlos en instalaciones de
investigación y acuarios está contribuyendo a sus muertes de una forma
alarmante, los investigadores sugieren que el proceso de captura se está
traduciendo en un mayor número de muertes de delfines.
Los procedimientos de captura, el transporte de los delfines
capturados, la exposición a las enfermedades en cautiverio, son sólo
algunas de las amenazas que enfrentan los delfines cuando son
arrebatados de su entorno natural.
Por otro lado, la creciente popularidad de la natación con delfines ha
traído cada vez más y más peligros para estos animales debido a que sus
áreas de alimentación y cría han sido invadidas por los turistas.
“La
amenaza más peligrosa para la existencia de los delfines es el hombre.
Las investigaciones sugieren que más del 95% de las muertes de delfines
son directamente
atribuibles a causas relacionadas con el hombre.”
La imparable contaminación química
Una creciente amenaza para los delfines en su hábitat natural es la
contaminación a causa del petróleo, químicos y metales pesados. La
contaminación se manifiesta en las enfermedades y en la alta tasa de
mortalidad en edades tempranas.
Debido a que los delfines están en la cima de la cadena alimenticia,
el impacto de la contaminación es mucho mayor porque los delfines comen
peces y plantas que pueden haber sido contaminados en diferentes
lugares, aumentando el riesgo de peligro de extinción para ellos mismos.
Contaminación acústica
La contaminación acústica es también un gran peligro para los delfines en su hábitat natural.
Actividades como la extracción de petróleo, los radares de navegación
e incluso los motores de barco crean corrientes continuas de ruido
submarino que pueden asustar, desorientar o incluso dañar a los
delfines.
Además, la fuerza de la contaminación acústica a veces obliga a los delfines a alejarse de sus áreas de alimentación y reproducción, causando diversos problemas.
Lesiones traumáticas
Otra causa de muerte de los delfines en peligro de extinción son las
lesiones sufridas por el enredo en jaulas, redes de seguridad contra los
tiburones y
redes de pesca, así como las colisiones con los barcos. A medida que
exploramos más el mar y su “hábitat”, estamos llevando más peligro para
ellos.
A pesar de que algunas especies de delfines se consideran en peligro
de extinción, algunos de ellos se han convertido en el blanco para la
pesca deportiva y a menudo se reduce su presencia en las zonas de pesca o
incluso son tomados como cebo.
Causas naturales
Además de las amenazas introducidas por el hombre en su hábitat, los
delfines también están a merced de la naturaleza, como cualquier otro
animal.
Sin tener en cuenta que están en la cima de la cadena alimenticia,
todavía tienen que competir con los tiburones y las ballenas dentadas
por la comida.
El efecto del calentamiento global o los cambios estacionales han
provocado la pérdida de fuentes de alimentos, que afectan la tasa de
supervivencia de los delfines en su hábitat natural.
Aunque existen varias leyes ya aprobadas para proteger a los
delfines, parece que su aplicación es irregular por decir lo menos. Los
delfines están desapareciendo a un ritmo alarmante.
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