Un perro nos da amor incondicional y es por este motivo por el que muchas personas deciden adoptar un perro. La manera de corresponder a nuestras mascotas suele ser darle cariño pero solemos hacerlo en el momento menos adecuado.
Los perros son animales afectuosos y por ello el contacto significa mucho para ellos, tanto en la naturaleza como cuando viven con humanos. El momento adecuado para demostrarles todo nuestro cariño es después de haber hecho ejercicio, haber comido o cuando ha hecho algo bien.
Si nuestro perro es quien nos pide caricias está dominándonos. Nosotros marcamos las reglas, por tanto nosotros decidimos cuando debemos acariciarlo. Si respondemos a sus peticiones estamos alimentando una energía sobreexcitada. Tenemos que ordenarle que se siente y cuando esté tranquilo le acariciamos. Solo así entenderá que la única manera de que le demos cariño es cuando está tranquilo y sumiso.
Nunca debemos mostrarnos afectuosos cuando el perro esté ansioso, dominante, posesivo, agresivo, ladrando porque reforzaremos el comportamiento que haya tenido un instante antes.
Tener que trabajar para ganarse el cariño del líder es muy natural para los perros. Somos nosotros quienes pensamos que si no les acariciamos a todas horas les estamos maltratando.
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