Somos humanos y por ello solemos sentir lástima por perros abandonados o maltratados. La compasión es sólo un rasgo humano y por ello generamos estos sentimientos ante tales injusticias. Los perros no pueden general sentimientos de amor, odio o compasión ellos reciben nuestras energías y se adaptan a ellas.
Un perro que perciba nuestra compasión por él todo el tiempo va a ser un perro inestable, ya que nosotros los líderes de la manada no estamos ejerciendo como tal.
Para dejar más claro este concepto os explicamos el ejemplo de un perro que tiene miedo a los niños con bicicleta. Este perro cada vez pase un niño con bicicleta cuando le saquemos a pasear se alterará. Si nosotros le acariciamos y le hablamos con cariño para que se calme solo estamos diciéndole en su lenguaje:¡ Muy bien chico, eso es lo que tienes que hacer cuando veas un niño con bicicleta!
La mejor manera de demostrarle a nuestro perro que le queremos es demostrarle que somos los líderes de la manada y guiarle. El cariño solo ha tiene que ser una recompensa al equilibrio y al trabajo bien hecho.
Si nuestro perro tiene dificultades de adaptación no disfrutará de ese amor que le estamos dando. El amor no le curará sus desequilibrios y dificultades.
Cuando nuestro perro esté alterado debemos corregirle y solo cuando esté tranquilo y relajado le recompensaremos con amor. Solo así entenderá cuál es su papel en la manada y cuál tiene que ser su comportamiento.
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