Para conseguir que nuestra mascota asuma el cepillado como algo normal podemos empezar desde que es pequeño. Si jugamos con él antes de cada sesión y le mostramos nuestra aprobación cuando hayamos acabado será más fácil en el futuro.
Este proceso no sirve solo para que nuestro perro luzca un pelo precioso, también nos permite examinarlo y detectar bultos o parásitos.
El cepillo alisador o de púas va a ser el primero que utilicemos. Nos servirá para desenredar, quitar el pelo muerto y los restos de suciedad. Si tiene el pelo difícil de desenredar aplicaremos un acondicionador especial para perros y peinaremos suavemente las zonas enmarañadas.
Una vez conseguido que el pelo esté suave usamos un cepillo de cerdas (para los perros de pelo corto) o un peine de púas anchas (si tiene el pelo largo).
Como en todo lo que se refiere a perros la raza marca la diferencia, el cepillado no iba a ser una excepción por lo que os explicamos los cuidados que debemos tener con nuestro perro según la raza.
Estos perros necesitaran ser arreglados una vez por semana, dependiendo de la condición del pelaje. Utilizamos un cepillo de cerdas suaves para desenredar las marañas de pelo y a continuación, un peine para peinarlo profundamente. Si nuestro perro tiene el pelo extremadamente corto y liso les pasaremos una gamuza para darles brillo. Comenzaremos desde la cabeza hacia abajo por el cuerpo, la cola y las patas. Debemos prestas especial atención al pelaje del cuello.
- Razas de pelo largo
Debemos arreglarlos varias veces por semana. Además debemos invertir unos minutos cada par de días para hacerle pequeños arreglos. Utilizaremos un cepillo de cerdas naturales y también un peine con púas anchas para desenredar. Para evitar los tirones sujetaremos con una mano el pelo y lo cepillaremos con la otra. No debemos descuidar las capas inferiores de pelaje. Cepillaremos pues de la parte más profunda del pelaje hacia la superficie. Una vez podamos pasar el peine sin encontrar enredos habremos acabado.
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